Sin título - Imagen de mi propiedad |
Siguen
Siguen las nubes ponzoñosas
surcando el cielo intoxicado,
asfixiando esos ingenuos ojos
que elevaron a lo alto suspiros esperanzados.
¿Sigues ahí?
Siguen las mentiras a quemarropa
pudriendo las manos corruptas,
anegando los oídos prestos
con el morboso sonido de la carroña.
Siguen en pie los dioses caídos
tiempo ha; tiempo de anacronismos
invocados al son del perfume suntuoso
de la aberración y del odio por el odio.
Sigue la pérfida maraña de confusión
alimentada por esta revolución arrolladora
de imágenes, palabras y sonidos,
que se torna en vorágine encarceladora.
¿Sigues ahí?
Sigue el dominio real y apabullante
de la oquedad material,
del eco del dinero,
que controlan unos pocos
y esclaviza al mundo entero.
Siguen destrozándonos
sentimientos de plástico,
morales reducidas,
vocaciones atrofiadas
por obligaciones y expectativas
que nos condenan a la vida en el fango.
¿Sigues ahí?
Yo no.
Yo ya no sigo.
Yo ya no sigo
en este juego
que ha quebrado mi corazón
y se ha mofado de mi esencia.
Yo ya no sigo.
Aunque tan sólo tenga mis emociones crudas,
mis palabras silentes y este fútil poema.
Y tú,
¿sigues ahí?