Instantes de eternidad
Detener los pensamientos.
Dejar los anhelos en suspenso.
Ni pasado
ni futuro
se ciernen sobre ti.
Como un mar en calma
o una página en blanco.
Se hace el silencio,
incluso si éste
nunca es completo.
Todo adquiere
la distancia justa,
la medida justa,
la profundidad justa.
Lo sabéis, ¿verdad?
Hay un equilibrio
entre existir
y no existir.
Entre la herida
y la luz.
En contadas ocasiones
logramos atravesar el velo
del misterio
y alcanzamos sin saber cómo,
con los pies llagados por
la aspereza del infinito errar,
la orilla sagrada.
Una paz imperturbable,
como de mar en calma.
Como de página en blanco.
Todo tiene sentido.
No existe el miedo.
Por un instante,
rozas el cielo,
te tornas cielo
transparente.
Eres,
y basta.