Existencia - Imagen de mi propiedad |
Si Todo Lo Que Soy Ya Ha Sido
Se preguntó, con creciente angustia: <<Si
ya ha habido antes en el mundo alguien que ha sentido todo lo que yo siento, que
ha dicho todo lo que yo digo, y que ha pensado todo lo que yo pienso, ¿para qué
sirve esta historia? ¿Cuál es la moraleja de este cuento? ¿Por qué
repetir incesantemente este sinsentido yerto? ¿O será que, hasta que no
encontremos la respuesta, volveremos al mundo, y seremos los mismos (repetidos
en bucle, insulsos, en masa, sin orden ni concierto), condenados a hollar el
vacío de nuestras ignorantes existencias? Si es que existe alguien que rompa
esta vil cadena, yo lo sé, lo sé, yo no soy ésa.>>
Yo no soy ésa.
Entonces, ¿qué me queda?
Le
quedaba un enorme agujero en el centro del pecho, un agujero por el que le
entraban un frío inmenso, una soledad intolerable, un desapego profundo de todo,
y amor por nadie. Le quedaba un agujero de negrura y de nada que se iba
abriendo y abriendo, cual primorosa rosa de pétalos oleosos, pólvora floreciendo
horriblemente en mitad de su cuerpo. Una rosa negra en el centro de su cuerpo; hoyo
sangrante a quemarropa. Olor a carne quemada y absoluto desconcierto. Mutilada,
presa del pánico, intentaba llenar el orificio a toda costa. Fuera como fuese. De
comida. Todo, con tal de no ir desapareciendo. Y de historias. Todas, con tal
de no acordarse de la suya propia, con tal de no recordar que debía seguir
existiendo, aunque no fuese más que un doloroso boquete de infinita pérdida, aunque
no fuese más que una oquedad turbadora de zozobra y preguntas errando por el universo,
y nada más que eso.
-Fin-
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