Aliento Eléctrico
Sentí que
acariciabas mi nombre
con tus
labios por vez primera.
Sacudida
intensa y desesperada
bajando con
frenesí de lucero,
y de plumas,
y de espadas,
por el
trémulo sendero
de fuego y
escarcha
que
cascabelea
en mis
entrañas.
Acariciabas
mi nombre con tus labios,
por vez
primera.
Luz
incandescente.
Secreto
irreprimible.
Rendición
instantánea.
Yo no sé,
yo ya no sé
A qué lado
de qué lejana frontera
desbaratas
el tiempo
Y recitas
suavemente
Una única
palabra.
Mi nombre
entre tus
joviales dientes
tiene la
consistencia gentil y dorada
del cielo de
aurora
tras nubes
sedosas y encarnadas.
Mi nombre,
labrado y
degustado por tu lengua,
es candente
y tierno,
de sublime y
misteriosa sustancia.
Mas, ¿y si
tan sólo sueño,
bebiendo a
bocanadas
la
entelequia conjurada?
Yo no sé,
Yo ya no sé.
Pues sentí
que acariciabas
mi nombre.
Con tus
labios.
Por primera
vez.
Y en este
momento
sólo existen
una voz que
pronuncia,
un corazón
que cabalga.
Sólo transcienden
tu aliento
eléctrico
y las
transidas sílabas de mi cuerpo.
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