viernes, 6 de enero de 2012

El Corazón que Anhelaba la Nieve

¡Feliz Navidad y feliz Año a todos! Después de un período de inactividad debido a la falta de tiempo y de inspiración, esta noche he querido dejaros un pequeño regalo en forma de poema que espero que os guste ^^ A decir verdad, lo he compuesto escuchando la canción My Last Breath de Evanescence, por lo que quizás sea un buen tema de fondo para leer el poema. Pero eso depende de cada uno, ya que para gustos y preferencias están los colores. Sólo es una sugerencia.
En fin, ¡felices Reyes! Ahí va mi regalo:




El Corazón que Anhelaba Nieve

Un solitario copo rebelde se desliza suavemente
Y, balanceado en el aire frío de diciembre,
Revolotea en soledad sobre un universo de muerte.

El cielo blanco lo deslumbra y lo expulsa
De su reino de pequeñas gotas impolutas.

Cayendo,
Cayendo,
Cayendo,
En soledad.
Cayendo
Sobre el mar.
Cayendo
A la tempestad.

El océano de hielo aúlla,
Reclamándolo hacia su penumbra.

Ella sueña con un mundo de nieve
Que del infinito insensible la destierre.
Ella sueña con la ventisca perenne
Que con esquirlas heladas atraviese su mente.
Ella sueña con el frío de diciembre
Que la devuelva al mundo vil y resplandeciente.

Vive envuelta en frío, sin sentir frío.
Vive rodeada de nieve, sin sentir nieve.
Vive en frío de muerte, anhelando vida
Y aborreciendo la muerte.

Un soplo de viento repentino
Arrastra al tierno copo de nieve
Lejos del mar sediento de soledad,
Mar helado embravecido por su oscuro pesar.
Océano de hielo que no pudo al blanco aspirar.

Pedazos de hielo de él se desprenden,
Separándose de su cuerpo,
Y, herido por nieve de su propia nieve,
El copo rebelde en cristal de hielo se convierte,
Despojado del lastre superficial,
Reducido a la transparencia de su luz esencial.

Ella vaga por parajes monótonos e inertes,
Anhelando un golpe de frío que cambie su suerte,
Convertida tan sólo en un sueño sin dueño
Atrapado en el arcón de los secretos.

El espectro de rostro seco y alma desierta
Se deja mecer por la ráfaga de tormenta,
Vencida por el aislamiento de su incoherencia,
Por ser una existencia irreal carente de inocencia.

<<¿Puede alguien oírme?>> susurra en medio de la oscuridad.
<<Necesito encontrar la llave que abra esta cárcel fatal>>.
<<Necesito a alguien que de este cuerpo sin cuerpo me logre liberar>>.

El cristal de nieve desciende y desciende
Sobre un paisaje cruel de ramas retorcidas
Que de maldiciones cubierto aparece.
Es la conjura humana que olvidó la caridad.
Es la perfidia humana que destruyó la libertad.

Ha de elegir con cuidado dónde caerá,
Pues no desea ser arrastrado sin voluntad.
El cristal rebelde cae muy lentamente,
Calculando el lugar idóneo para su muerte.

Un espectro se desliza bajo la luna engalanada de diciembre,
Privado del contacto humano, se resiente.
Sediento, anhelante y roto para siempre.

Un espectro camina bajo la luz de la luna de diciembre
Y se detiene fascinado a contemplar el suave descender
De un único y maravilloso cristal de nieve.

Puro y transparente,
Redentor y resplandeciente,
Desciende y desciende,
Para, finalmente, posarse y morir
En su corazón ansioso de nieve.

Ella alza las manos; cierra los ojos.
Lo siente.

By: Kµ®£Nåi