jueves, 3 de diciembre de 2015

La Joven de Aulaga


La Joven de Aulaga
Me dicen, si hubiera alguien para advertirlo,
la joven de aulaga y corazón de espino,
espíritu de suspiros en la vaporosa madrugada,
frigidez  de espanto y recóndito magma desleído.

Pincho al tacto,
me disuelvo en los oídos,
cubro tu piel de hiel,
y marchito tus sentidos.

La joven de aulaga y corazón de espino
quiso lanzarse a la oscuridad y el abismo,
mente abierta,
tributo de espejismos.

Cayó como un fardo, pues,
las endebles raíces amputadas,
y vedado el sol a sus iris incautos,
reventados de ausencias
y resquebrajados sin lirismo.

<<Caí, y como no había nadie allí para frenar mi caída,
tuve que aprender a volar ciegamente por mí misma.>>

Vuelo desaventurado. Y crítico,
pues la capacidad del  planeo
sólo surge en las alas de los bravíos
que no temen extender sus plumas
y dejarse arrastrar,
 ya sea al cielo,
o al infierno,
arrojado el miedo,
en las azarosas corrientes que perduran.

Cayó, y en su precipitación,
la joven de aulaga
y corazón de espino
obvió el hecho de que,
incluso los arbustos más toscos y anodinos
poseen delicadas cunas fragantes,
cuyos hermosos capullos ambarinos,
sin una mano ajena que los pode y riegue,
pliegan sus tiernos pétalos desabridos,
que, incapaces de soportar el beso vívido del rocío matutino,
rinden sus ilusiones al mundanal ritmo
y fenecen, olvidados lánguidamente en su suplicio.

La joven de aulaga y corazón de espino,
espíritu de suspiros en la vaporosa madrugada,
frigidez  de espanto y recóndito magma desleído,
la que aspira a armonías liberadas que desnuden su alma
y le muestren el mundo como debería haber sido,
la que debería volar ligera en su etéreo sueño fundido,
ella que, sin embargo, camina a trancos, porque nadie tuvo jamás
el coraje o la bondad de detenerse con ella a observar el mundo,
a enseñarle a aprehenderlo y a aprehender su yo infinito,
anhela fervientemente despojarse
de todas sus espinas atemorizantes.

Anhela derretir los icebergs polares
que portan silenciosos ominosas calamidades.

Anhela erupcionar cual volcán desaforado
y que la fiera lava ardiente
brote de su interior a borbollones,
abrasante e ígnea, y que arrase,
arrase con todo a su paso:
adiós al océano helado,
a las espinas infinitas,
al matorral chamuscado.

Mas un deseo es un deseo,
porque aún no se ha realizado.
A la joven de aulaga
le sobran espinas
y le faltan redaños.

Anhela, pues, un corazón de tormenta que,
allende la espinosa barrera y el antártico frío,
consiga abrirse paso gentilmente,
a golpe de comprensión y sonrisa de estío.

No anhelo, pues, más que un corazón
que a mi lado quiera
hundirse en lo profundo del abismo.

Eso anhelo, sí, más que nada
en este mundo de esclavos,
en el que ya no quedan humanos
que nos enseñen cómo amarnos.

A mi cabeza, el lejano firmamento compungido.
A mis pies, las abnegada oscuridad del precipicio.
A mi espalda, alas truncadas, vendaval y desatino.

Caigo, no hay nada,
y nadie
habrá
jamás
entre las
tinieblas
y el vacío.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Luces y Sombras



Luces y Sombras - Imagen de mi Propiedad


 Luces y Sombras
El mundo siempre ha estado ahí,
hermoso y brutal,
sublime y cruel,
delicado y salvaje,
estremecedor e indomable.

El mundo es injusto
e infame, engañoso,
y detestable.

Eso dicen.
¿Eso crees?

El mundo siempre ha estado ahí,
siendo tal cual es.
Limitándose a existir.
Ajeno a calificativos y sentimientos,
a tus descarnadas euforias y a tus sobrias zozobras,
ajeno a tragedias hipócritas y a perdedoras victorias.

El mundo simplemente es.
¿Te das cuenta?
¿Acaso no lo ves?
El mundo siempre ha girado,
como hoy, como siempre, como ayer.
El mundo simplemente es.

Somos nosotros quienes lo hemos llenado de luces y de sombras.
¿Acaso no lo ves?


jueves, 15 de octubre de 2015

The Crush




The Crush

Yes, I'm surely fond of high walls.

Crushing on them. Hard.
Over and over again.
Crush, crush.

Till my bones just carve their way out of my skin.
Undressing my unloved frame.
Desperately, scraping their honed ends
against the cold-stolid bricks.
Over and over again.
Crush, crush.

It's raining tonight,
you are not here,
and my thoughts don't want to stay the night.

Aflame, withered dust thrust in suicidal rage
into a wintery, oblivious battlement.
The Shattering, Unconquerable Wall.

Farewell, bones. What a waste of a life.

But what's left in this vast, dull horizon,
what's going to catch fire
in the ashes wailing inside?
What, if not a wide ocean
of impossible, fatal walls?

Nothing else for these boney embers
rushing towards all I will never have.

Farewell, innocent senses.
Crush, crush

 

martes, 4 de agosto de 2015

Skadi

Skadi por Anna Novikova


Skadi
Esta noche la luna colosal
está de enigma y sortilegio,
nebulosas de pan de oro
cubriendo el difuso misterio
que envuelve su cuerpo.

Skadi, corazón de lobo y pies de hielo,
le ofrece su áspero cántico desgarrado,
cuajado de blanquísimos llanos
y tempestuosos inviernos eternos.

Mas las perennes neviscas de sus iris boreales
y las montañas heladas que moran sus sueños
en plácidos arroyos salados se deshacen
y al fragor de las olas subsumen sus denuedos.

El helor norteño de la noche límpida,
silbador de audaces sagas ancestrales,
trocado en hedor sureño a algas pútridas.
El efluvio de la costa, ¡cuán lacerante
a su olfato de predadora de felonías!,
que a su mellado orgullo dicta injurias.

Skadi, feroz corazón de cazadora
y espíritu de indómito viento,
aúlla lastimera al firmamento
con voz de añoranza asoladora.

Esta noche está la luna henchida
de promesas de infinito invierno
para una nostálgica diosa, traída
por un dios a tal oceánico reino.

Mas la diosa del punzante frío y del místico hielo
tras el sendero níveo que la perlina luna alumbra,
arco en ristre y veloces flechas entre los dedos,
silenciosa y astuta, sagazmente se da a la fuga.

Pues he aquí Skadi, corazón de tundra,
 amante sólo del paraje helado,
su invernal patria,
salvaje, atroz, y
lobuna.


viernes, 17 de julio de 2015

Searching for Inspiration




Searching for Inspiration

Searching for inspiration in the outer world,
I found out what I already knew, and soon forgot—
My heart dwells in Darkness, where it belongs.
Radiant light sears the corners of my inner side.
Brightness is always appealing —and misleading, no doubt.
For as much as they long to live in the sunlight,
Dark souls are not meant to bathe in the sun.
Otherwise, they'll burn, burn, burn out.

Blinded and sun-bled, I finally recovered what I had long lost—
My shelter of obscurity, oh my dearest dark, dark core.