sábado, 31 de diciembre de 2016

El Adalid de las Brumas


El Adalid de las Brumas
El manto de blancura enturbiada
se extiende sobre páramos yermos
y montes petrificados en vigilancia.

Cubre la niebla el mundo
y responde a la súplica del ocaso incierto,
envolviéndolo suavemente en su sombra pálida.

Se alzan las brumas desde arroyos y lagunas,
derramándose cual vaporoso sudario de alabastro,
vertiendo a su paso dolorosas emociones lánguidas
y mansas mareas albas de silencios opacos.

No hay sonido humano que penetre la niebla,
ni oscuridad perniciosa que emponzoñe su hálito.
No hay tribunales del odio que condenen la niebla,
ni cárceles quiméricas que detengan su avance helado.

No.
Todo es paz entre la bruma.
Todo es blanco.

No recuerdo entre sus gélidos brazos
ni alientos conspicuos descarriados,
ni amores nunca transitados,
ni siquiera los lamentos de aquéllos
que, solitarios, viajaron en vano.

No.
Todo es paz entre la bruma.
Todo es blanco.

Por eso, yo he de luchar por esa niebla
que emborrona la distancia
y nos muestra un mundo acuarelado.

Por eso, yo he de defender esa niebla
en la que se ocultan lo imposible
y la tristeza del erial amortajado.

Conviérteme en el Adalid de las Brumas,
su leal paladín, fiel amante, y heraldo
de su nívea suspensión de preguntas.

Conviérteme en el Adalid de las Brumas.

La oscuridad del Laberinto de los Monstruos
arredra el corazón acristalado de invierno
yacente en mí, criatura atrapada entre la penumbra
y el alarido brutal que nos corrompe por dentro.

Así pues, suelta mi mano
y húndeme en la bruma.

Húndeme en la bruma.

Sólo tu mano me separa
de la invisibilidad y de la nada.
No me retengas más.
Sólo tu mano…

Quiero descender y ahogarme en la marea blanca.
Quiero no ser en esta oscuridad de bestias caducas.

Suelta tu mano,
y me convertiré
en el Adalid de las Brumas...


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Sol de Medianoche (Impasse)


Sol de Medianoche (Impasse)
Sol de medianoche que cabalgas
indemne en la noche iluminada,
dime tú:

¿Podrá el fulgor tenue
atrapado en la gota de rocío
romper la parálisis del hechizo?

¿Es del océano la lluvia
que hacia el cielo expío?

¿Qué será del girasol
que se permitió soñar que era lirio?

¿Será que acaso no estábamos perdidos?

Sol de medianoche que soslayas
el hálito azur de la espada,
dime tú:

¿Qué oscuridad es ésta
que entenebra tu luz y mi destino?


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Son Puñales Sus Ojos



 Son Puñales Sus Ojos

<<Son puñales sus ojos

y de acero taimado sus mejillas.

Son sus labios glaciares en rojo,

y de afilado despunte su barbilla.



Cual mar de hirsuta maleza

de inflorescencia aberrada

se extienden sus rizos sinuosos,

pasto triste de espigas corcovadas.



No es del Cielo la culpa

de su semblante angosto,

albergue en ayunas

 de crueles rastrojos,

ni de la desmañada presencia

de sus manos de ramas en despojos.


No es del Cielo la culpa

de la tosquedad de tronco

que su cuerpo estático no muda,

ni del rictus perentorio

de su sonrisa de penumbras.



Posee ella la oscuridad

y la vileza.

Posee ella el rencor

y la tragedia.



Todo en ella se antoja

fatal remolino de caos y filos,

y si hubiere alguien en este mundo

capaz de amarla en su desatino,

a dos monstruos habríamos arrojar

a las funestas llamas, ¡o al abismo!>>



Tales versos leyó ella, al tiempo que su corazón estallaba, o fuera quizás la casa en llamas, con ella dentro y con aquel al que más amaba. El autor de aquellas palabras.

sábado, 27 de agosto de 2016

Sólo las Nubes


Sólo las Nubes

Sólo las nubes, tan próximas al océano,
zahieren el papel de la incongruencia ante tamaño deseo:

Extender los brazos, y encontrar tus propias manos
al otro lado del reflejo. 


lunes, 15 de agosto de 2016

Voces de Mundos Huecos


Voces de Mundos Huecos

La existencia
vociferando;
el corazón, en grito;
las palabras, desafinando.

Ah, se desvanece ya el telón sonoro.
Detrás, la nada de los mundos vacíos,
inaprensibles, hueros ecos,
intrascendentes, varados e incoloros.

Ah, ¿qué existencia es ésta
que se vocea
desde la oquedad de lo remoto?