viernes, 20 de mayo de 2011

No Apagues la Vela

Otro poema que escrbí a principios de año. Básicamente, sigue la misma línea temática que el anterior, aunque reflejado en otros aspectos.

  
  No Apagues La Vela

Abre los ojos y observa.

Un lobo en una cima de esperanzas rotas 
y miradas deshilachadas.

Un lobo sobre una montaña de escombros
y gritos que huyen a la desesperada.

Un lobo sobre una elevación de manos atrapadas
y hundidas por el pesado lodo de sus garras.

¡Detente! No quieras apagar la vela
que su brillo y su calor nos presta,
pues amparados bajo su luz de cera,
su dulce chisporroteo nos entrega.

En la soledad de su estepa,
la gran colina espera y espera
el despertar de la conciencia
que en su agonía la comprenda,
y supura duras lágrimas pétreas
al pudrirse aún más su tierra.

Fue el soplido que apagó la vela
el que pronto olvidó su tenue calor.
Ahora el Universo perdido se encuentra
al no poder hallar su luminoso corazón.

La oscuridad nos encierra
en cárcel de miradas ciegas.
El dolor nos entierra
en tumbas de odio y pena.

Un lobo aúlla en una cima
que pronto sucumbirá a sus insensibles heridas.

Ahora, cierra los ojos y piensa:
¿Qué nombre le darías tú a la Miseria?

By: Kµ®£Nåi

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